Un camino de fe y esperanza.
Apreciada familia matovellana, a lo largo de estos meses de marzo y abril, periodo por cierto que, orienta el pensamiento de los estudiantes y sus esfuerzos hacia la recta final del año escolar 2022 - 2023, es importante meditar en torno a la huella que cada uno está esculpiendo en el gran mármol de la historia.
Menciono esto porque al contemplar lo vivido el miércoles de ceniza pasado en el Liceo y escuchar: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, de inmediato asoma la imagen de un ser humano en camino, frágil y cansado, pero también, la imagen de Alguien que resignificó su vida aún en los momentos de mayor dificultad, ese Alguien se supo polvo y a la vez Dios, se supo nadie y a la vez todo, su cuerpo se llamó fragilidad y su espíritu esperanza; este Alguien es Cristo y su voz convoca al corazón de la gran familia del Liceo a resignificar cada acto y cada palabra, a considerar los retos no como piedra de tropiezo sino como desafíos siempre nuevos que exigen creatividad, compromiso, trabajo en quipo y dedicación continua; su voz en esta Cuaresma no deja de pedir transformación de toda estructura anquilosada, su voz durante los retiros de padres de familia y a lo largo de la Semana Santa Matovellana, se erige en eco que pide un nuevo nacimiento, es decir, una nueva forma de ser y de pensar para un hacer con propósito.
Pues bien, llegados a este punto, simplemente los invito a vivir con intensidad los momentos de crecimiento humano que procura el Liceo, ellos se convertirán en herramientas útiles para que su paso por la historia trascienda en el hoy y en el mañana de cada ser humano a imagen del Venerable Padre Julio María Matovelle.
P. Ernesto, o.cc.ss.
Un camino de fe y esperanza.
Apreciada familia matovellana, a lo largo de estos meses de marzo y abril, periodo por cierto que, orienta el pensamiento de los estudiantes y sus esfuerzos hacia la recta final del año escolar 2022 - 2023, es importante meditar en torno a la huella que cada uno está esculpiendo en el gran mármol de la historia.
Menciono esto porque al contemplar lo vivido el miércoles de ceniza pasado en el Liceo y escuchar: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, de inmediato asoma la imagen de un ser humano en camino, frágil y cansado, pero también, la imagen de Alguien que resignificó su vida aún en los momentos de mayor dificultad, ese Alguien se supo polvo y a la vez Dios, se supo nadie y a la vez todo, su cuerpo se llamó fragilidad y su espíritu esperanza; este Alguien es Cristo y su voz convoca al corazón de la gran familia del Liceo a resignificar cada acto y cada palabra, a considerar los retos no como piedra de tropiezo sino como desafíos siempre nuevos que exigen creatividad, compromiso, trabajo en quipo y dedicación continua; su voz en esta Cuaresma no deja de pedir transformación de toda estructura anquilosada, su voz durante los retiros de padres de familia y a lo largo de la Semana Santa Matovellana, se erige en eco que pide un nuevo nacimiento, es decir, una nueva forma de ser y de pensar para un hacer con propósito.
Pues bien, llegados a este punto, simplemente los invito a vivir con intensidad los momentos de crecimiento humano que procura el Liceo, ellos se convertirán en herramientas útiles para que su paso por la historia trascienda en el hoy y en el mañana de cada ser humano a imagen del Venerable Padre Julio María Matovelle.
P. Ernesto, o.cc.ss.