Reconociendo como decía el Padre Matovelle que la Música es la poesía del alma, un puñado de estudiantes pueden hacer parte de la banda sinfónica del Liceo, creemos que al sonar de los saxos, las tubas, los clarinetes y las flautas, el corazón puede llorar de alegría ante la hermosura de un Dios vuelto melodía.
La música es como la célebre estatua egipcia de Memnon; ella, con sus sones, anuncia al mundo la salida del sol del a civilización sobre un pueblo. (P. Matovelle)