La Unidad Educativa Matovelle es una Institución fundada por la Congregación de Misioneros Oblatos hace 17 años, la cual la dirige y tiene como finalidad educar a la infancia y juventud ecuatorianas, sembrando en su corazón la llama del amor por el estudio, la capacidad crítica para leer el mundo y desde luego el respecto por la dignidad de las personas. Resolución No 1575 del 5 de enero de 2007, ubicada en la Venezuela N11-305 (Basílica del voto Nacional).
Nuestra pedagogía tiene como objetivo que el estudiante Matovellano sea el resultado de un proceso de formación integral, quien desarrollando su capacidad crítica, reflexiva, el respeto a los valores, a la vida y a su entorno, aporte a la transformación continua de la sociedad.
La palabra Matovelle deriva del apellido del Venerable padre Fundador de Padres Oblatos y Madres Oblatas, Julio María Matovelle.
Vale la pena decir aquí que nuestra Institución no se puede entender sin la existencia de voluntades aunadas para la consecución de logros, retos y objetivos generales y específicos; así las cosas, desde la administración se ha previsto el siguiente orden para el buen funcionamiento de la Unidad Educativa Matovellana.
Consejo Directivo que lo preside el Director Administrativo
Comité Ejecutivo que lo preside la Rectora de la Institución
El reglamento Interno y el Manual de funciones que es vigilado por el Vicedirector Administrativo
El P.E.I. que debe ser animado por Vicerrectoría
El Código de Convivencia rige la vida disciplinaria de la Institución y quien vela por su cumplimiento es el Inspector General.
Los procesos notariales están bajo la responsabilidad de la Secretaría Académica
El manejo de las finanzas está orientada por un profesional en el área.
Ahora bien, lo anterior no se puede entender sin la historia de la Congregación de Misioneros Oblatos que presentamos a continuación.
NUESTRA HISTORIA OBLATA
Somos un Instituto religioso clerical que siguiendo el legado del Padre Julio María Matovelle, tenemos como objetivo alcanzar la santidad en el seguimiento de Jesucristo, mediante el humilde servicio, el carácter de víctima y la vida de Hostia y de Inmolación, es decir, el don de sí mismos, que nos lleva a abrazar el sacrificio por amor hasta entregar incluso nuestra vida por los demás. (Cf.Const 94. Art. 1)
Inspirados en el espíritu de las Bienaventuranzas, en el seno de la Iglesia, los oblatos desarrollamos una actitud de permanente disponibilidad interior y exterior, manifestada en la capacidad de amar, de absoluta confianza y trato filial con Dios en el misterio del Corazón Eucarístico de Jesús, teniendo a la Virgen María, en su Corazón Inmaculado, como modelo acabado de entrega y de servicio a Dios y a los hermanos, movidos por la acción del Espíritu Santo como síntesis del amor divino.
El nombre del Instituto (Oblatos) recuerda este fin a sus miembros sacerdotes y hermanos coadjutores, que deben ser hostias inmoladas en aras de la caridad, para la gloria de Dios y la salvación del mundo.
La Congregación de Misioneros Oblatos de los Corazones Santísimos de Jesús y María fundada por el Venerable Padre Julio María Matovelle, el 6 de octubre de 1884 en la ciudad de Cuenca – Ecuador, fue aprobada y bendecida por el Obispo Miguel León el 29 de septiembre de 1887.
Dadle al joven ocio y crecerá en el vicio, dadle estudio y crecerá en la virtud. (P. Matovelle)